Saber lo que comemos es importante.
Si lo que buscas es una alimentación más libre de productos químicos residuales, con todo el sabor genuino de la fruta, la mejor naranja y mandarina es la que ha madurado bajo el sol de forma natural.
Creemos que el consumidor debe elegir su cesta de la compra, teniendo a su disposición toda la información sobre el proceso de manipulación y elaboración del producto a consumir, siendo conveniente que conozcas la realidad del mundo citrícola.
¿Qué queremos que evites?
Por nuestra experiencia en el sector, sabemos que las naranjas y mandarinas que se pueden obtener en los puntos de venta habituales, ya sea fruterías o supermercados, son naranjas y mandarinas que han pasado y sufrido por un proceso industrial. Este proceso industrial, básicamente consiste en tratar las frutas con productos químicos para así mejorar su aspecto y sobre todo su durabilidad, con lo que ello supone para la fruta y para nuestro organismo, ya que al consumirla va acumulando sustancias químicas que el cuerpo no puede asimilar.
Proceso industrial de naranjas de supermercado
Te explicamos resumidamente en qué consiste este proceso industrial:
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Recolección de la fruta sin el cuidado necesario para evitar dañar la parte interna del fruto.
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En el almacén, baño químico con productos residuales y nocivos (Imazalil, Thiabendazole y Ortofenilfenol). Así aumenta la durabilidad, la vida comercial de la fruta.
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Como han sido recolectadas todavía inmaduras, son procesadas en cámaras frigoríficas con un gas llamado “etileno” durante un periodo de 5 a 7 días. Con lo que se elimina la clorofila de la fruta y sale el color naranja propio de la fruta. Es un aceleramiento artificial del proceso de maduración.
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Túneles de secado a altas temperaturas (50ºC) para secar la cera química que aplican para mejorar su aspecto.
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Envasado y almacenamiento en cámaras de pre-enfriamiento hasta bajar su temperatura a 4ºC.